El poder del cariño

El cariño sin duda es una de las mejores medicinas.

“No me des pastillas para la ansiedad o para la depresión… No me recetes el último antidepresivo del mercado. Trátame con cariño, tú serás mi doctor, el doctor de mi alma. Dame un abrazo, un beso o una palabra pero solo si es desde el corazón… no me valen los sucedáneos…

Tú dices que eres mi amigo pero yo nunca te encuentro ni en tus palabras, ni en tu ausente mirada. Y él que nunca se ha jactado de serlo, sin embargo lo he encontrado en sus dulces palabras y en su limpia mirada”.



¿No has sentido alguna vez que entrabas a una consulta médica y que salías peor de los que entrabas? o por el contrario, ¿no saliste de una consulta médica pensando que ya estabas curado? y todo dependió en gran medida en la actitud del médico que te atendía.

Todo fue gracias al tacto, a la humanidad y al cariño que te demostró ese doctor en una de las situaciones que más vulnerable uno se siente, la enfermedad. Sin duda, la cura de la enfermedad no se consigue sólo con tratamientos o con pastillas, el cariño sin duda, es buen acompañante.

Pero no solo los médicos, todos podemos ejercer de doctores del alma y también del cuerpo para con los demás, con nuestra actitud. De hecho, está demostrado que las emociones positivas relajan, producen bienestar, ralentizan la presión arterial, mantienen nuestro estómago y nuestras defensas a punto, y todo eso se refleja en nuestra salud.

Por el contrario, las emociones negativas se traducen en dolores intestinales,migrañas, ansiedad, insomnio y en definitiva, un sistema inmune debilitado… Por eso sin duda, una de las mejores medicinas es el cariño junto a las emociones positivas.

Un largo abrazo, un bonito halago, un “cuenta conmigo” dicho desde la sinceridad, ayudan a tu alma y tu cuerpo. Ya lo decían los romanos “Mens sana in corpore sano“. Si nos ayudan un poquito y nosotros también ayudamos, podemos conseguir que esta frase se haga realidad cuando más lo necesitamos.

Pero, ¿dónde puedo encontrar el cariño?
El cariño ni se compra ni se vende. No podemos exigir a los demás que nos den dosis de cariño que no sienten, ni tampoco podemos dar nosotros si realmente no nos sale de lo más profundo de muestro interior. Pero todos tenemos la capacidad de dar cariño cultivando la empatía y el altruismo.

Además, todos podemos recibir cariño, muchas veces de la manera más inesperada y de quien menos pensábamos, confía en ellos.

Tu intuición, una poderosa arma que nos ayuda a encontrar mil soluciones, te ayudará también a percibir donde puedes encontrar el cariño.

De todas formas, te ofrecemos unos pequeños consejos para descubrir el cariño allí donde vayas:

1. Rodéate de personas que sabes que te aprecian de verdad. Que te saben escuchar y que te entienden. Reíros juntos. La risa es una poderosa medicina que además nos une en los malos momentos.

2. Hazte amigos de los niños. Si empatizas, los niños te ofrecen un cariño y un amor de una forma pura, sincera y altruista. Muchas veces, se establecen lazos invisibles con los niños cargados de grandes dosis de amor y empatía.

3. Acércate a los ancianos. Los ancianos son pozos de sabiduría. Te hablan desde la experiencia y si te fijas, dentro de ellos existen una especie de abuelos para todos nosotros. Si charlas con ellos, sentirás como te acogen como otro de sus nietos.

Habla con esos ancianos especiales que andan cercanos de nosotros y que están dispuestos a ayudarnos. Además se sentirán útiles y tú también los ayudarás haciéndoles entender que te sientes muy bien a su lado.

4. Los buenos vecinos y amigos. Hablar con gente buena, cruzar unas palabras, un “hola ¿cómo estás?” con quien tú sabes que puedes, te ayudará. No es bueno estar aislado tanto tiempo.

Y lo más importante, desprende en tu día a día, dosis de cariño, regala amor a los demás… Porque muchas veces, tan solo hace falta dar.


Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/
 

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