Emotiva historia

Hermann Schreiber es un adulto mayor quien vive en España y que junto a su esposa Teresa Domínguez sufre de alzheimer. Él ha olvidado todo. Pero recuerda a la perfección tocar la armónica, la cual aprendió a los cinco años para entretenerse mientras su madre preparaba manteca.

Desde que ha comenzado la cuarentena él se asoma cada día a su balcón para tocar su armónica y da un hermoso y sentido concierto dedicado a sus vecinos. Durante ese momento los vecinos rinden homenaje al servicio de salud con un aplauso ante su enorme labor por contener la propagación del COVID-19. Lo más emotivo de esta historia es que su cuidadora, Tamara Sayar,  le ha hecho creer que todos esos aplausos son para él, por lo que cada día muy emocionado toca su armónica.

“Pedazo concierto, eh, Hermann", "¿Ves? Te has puesto nervioso. Mucho público. Yo entiendo", le dice Tamara en cada video que graba de sus conciertos. Él sonríe, sigue soplando y al final se suma a la ovación con sus palmas.

Esta hermosa historia que surge en un momento de incertidumbre nos invita a seguir replicando acciones como estas, para que desde el amor y la calma abracemos a los que más nos están necesitando. Por eso te propongo que te preguntes: ¿qué podría hacer para cambiarle el día a alguien?

¡Desde aquí vaya un reconocimiento y agradecimiento especial a todos los cuidadores que cambian con un pequeño gesto la vida de personas como Hermann! 


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