Día Internacional del Café

Para muchos es su gasolina. El estimulante imprescindible para arrancar cada mañana. Para otros es la excusa perfecta para reunirse con amigos y familiares en torno a una mesa y ponerse al día. Sea como sea, resulta difícil imaginarse la vida sin café, la segunda mercancía más comercializada del mundo tras el petróleo.

Al año se sirven unas 400.000 millones de tazas en todo el mundo. Dispuesta a que esta bebida tenga su homenaje en el calendario, en 2015, la Organización Internacional del Café decidió celebrar el 1 de octubre el primer Día Internacional del Café con más de 70 eventos que tuvieron lugar en 35 países.

 
Sus orígenes: El hallazgo de un pastor
Numerosas leyendas sitúan su aparición en la actual Etiopía. Fue un pastor el que, tras ver el efecto que unas plantas con frutos rojizos (cafeto) tenían en su rebaño, decidió probarlas. Tras comprobar el efecto vigorizante que tenía, llevó unas muestras a un monasterio donde los monjes lo cocinaron, lo probaron y no les gustó, por lo que decidieron arrojar los granos restantes a las brasas para quemarlos. Fue entonces cuando el aroma de esos frutos quemados empezó a ser agradable y decidieron elaborar la bebida con ellos. A partir de ahí el uso del café se fue extendiendo. Aunque se cree que las tribus africanas  consumían café desde la antigüedad, no fue hasta el siglo XII cuando comenzó a consumirse en Arabia, y hasta el siglo XV cuando comenzó a cultivarse en Europa. Los europeos fueron lo que, a través de sus colonias en América, implantaron el cultivo del café en numerosas zonas de Suramérica que hoy día ya se han convertido en los principales productores de esta bebida.

 
Las primeras cafeterías
Fue en el siglo XV cuando llevaron cafetales a Yemen y Arabia, dando pie a un próspero comercio entre los países de la zona y a un consumo cada vez mayor de esta bebida que servía como sustituto del alcohol. Allá por el XVI se abrieron los primeros establecimientos públicos de café en Constantinopla, Grecia, Siria y Persia. El boca a boca haría el resto, propiciando en la primera mitad del siglo XVII la apertura de cafés en ciudades con gran actividad comercial como Venecia, Marsella o Londres.




 
Orígenes del término: el 'vino árabe'
Los europeos empezaron llamando a dicha bebida 'vino árabe'. La palabra «café» proviene del árabe «qahhwat al-bun» o «vino del grano». Esto pasó a ser «qahwah», que se transformó en «kahveh» en Turquía y, al final, se convirtió en «koffie» en holandés y «caffe» en italiano.

 
Temido y prohibido
Los árabes fueron los primeros en apreciar el café como bebida de socialización. Sin embargo, su extensión fue tan rápida entre los grupos de intelectuales y sabios que, en ocasiones, los emires prohibieron su consumo. Los reinos cristianos también tuvieron su particular cruzada contra esta bebida. Los protestantes y algunos terratenientes alemanes la rechazaban totalmente. En Rusia también estuvo prohibido durante años y su consumo se castigaba, en la época de los zares, con la tortura.

 
Así crece: una baya roja brillante
Todo el café empieza siendo una baya roja brillante, a menudo llamada «cereza de café». Crece en árboles que pueden alcanzar hasta 9 metros de altura, pero la mayoría se cultivan de modo que crezcan solamente hasta un metro de alto para hacer más fácil su recolección.




 
Los países más cafeteros
Es en los países nórdicos donde más café se consume. Destaca el liderazgo de Finlandia, con 12 kilos de café por persona al año. Noruega es segunda, con 9,9 kilos; Islandia es tercera, con 9; Dinamarca, 8,7; Países Bajos, 8,4; Suecia, 8,2 y Suiza, 7,9 kilos. Las bajas temperaturas y la menor duración de los días parece ser el motivo de estas posiciones.

 
Gracias a una cafetera se inventó la webcam
Los científicos que inventaron las primeras webcams dieron con la idea persiguiendo otra cosa muy distinta: café caliente. Y es que para el equipo de fanáticos de la tecnología que trabajaban en aquel entonces en la Universidad de Cambridge la cafetera era imprescindible. El problema era que solía acabarse el café muy rápido y tenían que ir a buscarlo. Fue así como Quentin Stafford-Fraser y Paul Jardetzky crearon la primera webcam para poder vigilar el nivel de café que quedaba en la cafetera (conocida como la Trojan Room Coffee Pot), y así no tener que dar viajes sin éxito para comprobar si el café se había terminado. El invento fue creado en el año 1991. La cámara mostraba una imagen de 129 x 129 píxeles en blanco y negro de una cafetera situada junto al antiguo laboratorio de ordenadores de la Universidad de Cambridge. La tasa de refresco era de tan sólo 1 fotograma por segundo, pero eso era más que suficiente para saber si valía la pena levantarse a la cafetera o no.

 
El café más caro del mundo se extrae de las heces de elefante
Se denomina Black Ivory. Y es el café más caro del mundo. Se extrae de las heces de elefante. Su promotor, Blake Dinkin, asegura que el hecho de que los frutos pasen por el sistema digestivo del animal otorga al café un aroma suave y ligero muy característico. El 'marfil negro' se puede pedir en Maldivas y Tailandia y cuesta 850 euros el kilo. Nada menos que 40 euros la taza.

 
Guerra a la celulitis
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, las cremas y lociones para la celulitis que contienen cafeína «funcionan mejor para eliminar los líquidos de los espacios entre las células e inducen a la lipólisis (movilización de las grasas)». La cafeína tiene un poderoso efecto drenante que al ser aplicado de forma tópica, ayuda a reactivar la circulación sanguínea, lo que a su vez, ayuda a romper las celdas de grasa que se acumulan en la piel y evita la retención de líquidos.


Ayuda a atenuar las ojeras
La acción de la cafeína para reactivar la circulación sanguínea es lo que favorece la desaparición de estas odiosas manchas debajo de los ojos. Un remedio fácil de hacer en casa es preparar un café como normalmente lo haces, si está cargado mucho mejor. Una vez que esté listo, viertelo dentro de un vaso para que se enfríe y luego ponlo dentro de la heladera. Empapa dos discos de algodón con el café, escúrrelos para que no goteen y colócalos sobre tus ojos durante 10 minutos.




 
Un abono para las plantas...y un limpiador de muebles
El café es un buen abono para las plantas mezclado con fertilizante y, además, ahuyenta a los insectos. Asimismo, hay quien lo usa para elaborar con él un tinte marrón con el que disimular golpes en los muebles o teñir roces. Los muebles de madera, de hecho, se pueden conservar en buen estado gracias al café. Tan solo hay que frotar con un paño toda la superficie del mueble para obtener brillo extra.

 
Rico en vitaminas B2 y B5
El café es naturalmente rico en vitaminas B2, B5, manganeso y potasio. Su consumo ayuda a prevenir problemas de salud como el Alzheimer o ciertas complicaciones hepáticas.
 


 
Fuente: https://www.diariosur.es/

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