Té e infusiones, saludables y depurativos

Desde tiempos remotos, la práctica de preparar bebidas con hierbas, mediante la acción del calor para extraerles sus principios activos, constituyó un modo de deleitarse con una fina bebida, a la vez que ayudaba al organismo a reponerse y protegerse del frío invierno o del intenso calor.

Múltiples son las propiedades de las infusiones, un recurso magnífico para favorecer a nuestro organismo y librarlo de numerosas enfermedades. Por sus propiedades relajantes, antioxidantes y reconstituyentes, además de su agradable sabor y reconfortante aroma, resulta un alimento de alto valor que le permite ocupar un lugar preponderante en la mesa familiar.

Las infusiones se preparan con el té y también a partir del uso de diferentes plantas aromáticas (manzanilla, mentas, tilo, romero, hinojo). Resulta muy común el uso de frutas como elementos aromatizantes. La infusión más popular es la que utiliza té, planta de la familia de las Teáceas, procedente de la Camellia sinensis, cuyo procesamiento ulterior origina las distintas variedades de té que se conocen. El té se considera la bebida preferida por casi todos los pueblos, la más consumida después del agua, la leche y el vino.

Versatilidad del té

De forma general, el té se prepara en algunos países siguiendo varias reglas, primero se calienta la tetera sin agua, a la que se le adiciona el té dosificado, que se calienta en seco unos minutos para extraerle su perfume, seguidamente se le adiciona el agua hirviendo, se tapa por dos minutos y se sirve (se pueden retirar la hojas para que no «infusione» demasiado y evitar un sabor amargo y astringente).

En otras regiones se hierve el agua aparte; posterioremente en una tetera más pequeña, de loza, se agrega el té, según la dosis, al que se le adiciona parte del agua hirviente, se deja infusionar para obtener un extracto que después se sirve en una taza y se disuelve a gusto con el resto del agua hervida. Los tés se deben servir preferiblemente sin azúcar, calientes o fríos; esto último es también una de sus sorprendentes virtudes como bebida. En algunas cocinas «sutiles», el té se prepara con arroz, en sopas frías, como almíbar para acompañar pasteles y otras delicadezas. En Cuba el té se prefiere acompañado de una rodaja de limón en la taza.

Se pueden utilizar innumerables hierbas, como albahaca, hinojo, mentas, llantén, orégano, tilo, cañasanta y muchas otras, es sin duda una bondadosa alternativa que nos brinda la naturaleza.
Se utilizan también otras plantas, las hojas de algunos árboles, jengibre, flores, canela y frutas.

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