Alimentación:

En verano nos apetecen comidas frías, ligeras y que nos alivien del calor. En esta época se recomienda variar nuestra dieta y huir de las digestiones lentas y pesadas, pero el problema es que muchas veces no sabemos qué hacer para comer y solemos ser bastante repetitivos.
 Se puede luchar contra el calor en verano y consumir alimentos con los que podamos sentirnos más ligeros, alimentos que hidraten nuestra piel y también que nos mantengan en línea.

Alimentos ricos en agua y fibra

No porque sea verano tenemos que comer menos, se trata simplemente de variar nuestra dieta, de adaptarla a las necesidades de esta estación; más hidratación y menos calorías. Platos como las ensaladas o alimentos a la plancha suelen ser los más recomendados.
La hidratación además es importante para cuidar nuestra piel y evitar que envejezcamos antes de hora. Para ello, el pescado, alimentos con nuestra querida Vitamina C (presente en naranjas, melones, kiwis, etc.), vitamina E (cereales) y sobre todo, la vitamina A, que es la que más ayuda a renovar nuestra piel (verduras de hoja verde, cerezas, melones) son muy importantes.

Hortalizas crudas, una muy buena sugerencia

Las verduras y frutas en verano no sólo se recomiendan por su sencilla preparación y variedad. Su precio, las propiedades que tienen y su capacidad para refrescar también son buenas razones para tomarlas en verano. Si las comemos crudas estaremos aprovechando mucho mejor todas sus propiedades, puesto que al cocerlas pierden parte de sus vitaminas. Es por esto que la opción de preparar una buena ensalada siempre es una buena idea. En esta época, las berenjenas, el calabacín, el tomate, los pepinos, los melones y sandias suelen ser los favoritos.

Consejos para alimentarnos en verano

•    Beber mucha agua. Incluso más de 2 litros al día. Tu cuerpo te lo agradecerá. Es importante recordar que también podemos ingerir el agua a través de muchos alimentos (frutas, verduras, legumbres y cereales)

•    Es preferible comer más veces, pero con menos cantidades. Mejor hacer 4 comidas diarias que 3. De esta forma nuestras digestiones no serán tan pesadas.

•    Aunque no es fácil, debemos tratar de evitar jugos artificiales o refrescos, ya que estos no pueden sustituir al agua y además, dejan en nuestro cuerpo residuos que son fáciles de eliminar (Sobre todo en verano)

•    Helados: Un alimento refrescante y que además, a todos nos encanta. Obviamente, si son naturales, mucho mejor.

Cuida tu piel:

Otro aspecto importante en el cuidado de la piel durante el verano es el uso de productos con factor de protección solar. Aunque esté nublado el cielo, aunque estés a la sombra o tengas ropa que cubra tu cuerpo, siempre aplica bloqueador solar. Si vas a asolearte para adquirir un tono más oscuro, hazlo con bronceadores con protección solar adecuados a tu piel y a las condiciones. Repite la aplicación con regularidad: una simple acción como esta previene algo tan tremendo como el cáncer de piel, además de evitar los enrojecimientos y ardores tan molestos de una exposición inadecuada.

En el verano es fundamental hidratar adecuadamente nuestra piel. Lo primero es beber agua, no menos de dos y medio litros al día. Aunque bebas jugos e infusiones en cantidad abundante, asegúrate de consumir agua regular, sea embotellada, mineral o al menos del grifo, donde sea posible. Cuando menos uno y medio litros de lo que bebes al día debiera se agua regular, lo que ayudará a mantener una adecuada hidratación celular, y te dará una piel más tersa, elástica y espléndida.

Por otro lado, la hidratación mediante productos también es necesaria. Por la mañana aplica cremas hidratantes con factor de protección solar, y luego por la noche repite el procedimiento tras la ducha. Estos productos colaboran para una buena apariencia de la piel, mejorando el aspecto (y calidad) de su capa más externa.

Aprovecha el verano, con ropas holgadas, piscinas y espejos de agua, para facilitar una saludable sudoración que mantendrá tu piel (y todo tu organismo) libre de impurezas.

Con tan poco podrás hacer mucho. Cuida de tu piel, que es tu principal defensa y relación con el mundo, y tu cuerpo te lo agradecerá en los años por venir.