¡Mejorá tu salud emocional!

Ya lo dijo Antoine de Saint-Exupéry: "Lo esencial es invisible a los ojos". Y sin embargo, cuando de preservar la salud se trata, muy pocos atienden su dimensión intangible

Piensa en ti: cuando te cortas, te pones una curita. Si te agarras un atracón, te cuidas en la alimentación. Pero, ¿cómo te sanas tras un fracaso?, ¿qué haces para fortalecer tu autoestima? Estos aspectos también son determinantes en tu salud. Por eso, es fundamental que conozcas algunos hábitos para mejorar tu salud emocional.

1 Cuida tu autoestima

Nunca se nos ocurriría tirarnos sal en una cortadura o salir desabrigados cuando estamos engripados. Sin embargo, por alguna extraña razón, cuando tenemos la autoestima baja tendemos a dañarla aún más. Esto es un gran problema si se tiene en cuenta que una autoestima baja es un imán de fracasos, ansiedad y estrés. Evita ser tan crítica contigo misma: practica más frecuentemente la autocompasión. Ni bien identifiques un pensamiento destructivo trata de sustituirlo por las palabras que le regalarías a tu mejor amiga en la misma situación.

2 Asume el control

Cuando fracasamos, solemos sufrir un cambio radical de perspectiva: nuestras metas se alejan y nuestras fuerzas se debilitan. Como resultado, nuestra motivación flaquea. En estas situaciones, trata de prevenir el desaliento realizando una revisión del plan que te dirigirá a tus metas. Haz una lista de todos aquellos factores que están bajo tu control -como el esfuerzo y la planificación- y enfoca toda tu energía en ellos. De esta manera, impedirás que los pensamientos negativos echen raíces en tu mente y te paralicen.

3 Cuida tus pensamientos

La mente humana tiene la inclinación irrefrenable de recordar los momentos más negativos. Así, una vez que estos pasan, nuestra mente se dedica a revivirlos una y otra vez y nos introduce en un verdadero círculo vicioso. Este hábito es sumamente destructivo. Por este motivo, la próxima vez que te encuentres en esta situación, procura espantar estos pensamientos, realizando alguna actividad que te exija concentración. De esta manera, podrás salir del círculo e invertir tu tiempo en cosas más saludables y productivas.

4 Supera el rechazo

Al igual que el dolor físico, el rechazo queda registrado en el cerebro. Esta es una de las principales causas por la que es tan doloroso. Pero, si desconocemos esta realidad, es probable que tendamos a minimizar el rechazo y terminemos por distorsionar nuestra autopercepción, considerándonos débiles, dependientes y patéticos. Evita este error y concédele al rechazo la atención que merece. La próxima vez que lo experimentes, dedica tiempo a escribir todos tus atributos. Esta práctica te recordará todo lo que tienes para ofrecer y fortalecerá tu autoestima.

Incorporar estos hábitos no es un proceso que se produzca de forma automática. Lleva tiempo y dedicación, pero representa la mejor alternativa para disfrutar de una salud plena e integral. Así que, ¡vamos!



     

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