Nuestro niño interior

Si viéramos la vida muchas veces como la ve un niño o si nos la tomáramos como un juego, le sacaríamos el mejor provecho. 

Al menos de vez en cuando, ese niño interior nos dejaría ver las cosas de una manera más sencilla.

Cuando éramos pequeños queríamos ser mayores, y ahora que somos mayores, nos gustaría ser niños. Con los años, vamos acumulando experiencias y ganando serenidad, empatía y un sinfín de virtudes. Entre todas ellas, nos olvidamos de ver la vida con los ojos de un niño. Es decir, ponernos contentos sin más, estar siempre creando cosas nuevas y desear con fuerza todo aquello que queremos. Esas son realmente las reglas de un niño ¿por qué no disfrutar de vez en cuando de ese niño que llevamos dentro?

Si dejamos que ese niño interior salga, nos daremos cuenta que nos puede ayudar a ver las cosas de una manera más sencilla e inocente, y lo más importante, disfrutar de los pequeños placeres de la vida con esos ojos inocentes y llenos de ilusión. Puede costar al principio, porque precisamente para los adultos eso de ver la vida como un juego hace tiempo que es historia pasada. Pero es tan fácil y sencillo como realizar cosas nuevas (ilusión) y no ver los obstáculos mientras nos acercamos a la meta.

Los niños no centran su atención en el futuro porque dirigen toda su atención al momento presente, sin preocuparse por el pasado y, menos aún, por un futuro que ellos no ven claramente. Pero los adultos nos vemos en la necesidad de tomar decisiones más meditadas cuando pensamos en el futuro, ya que miramos las cosas desde otro punto de vista, sobre todo en los momentos de incertidumbre, pero de vez en cuando, hay que recordar que cuando éramos jóvenes, si bien éramos impulsivos, teníamos metas que nuestras mentes creativas nos inspiraban a lograr. Ahora igualmente están ahí, y deberíamos seguir apelando a ellas mediante la creatividad.

Cuando somos adultos, nos dejamos arrastrar por la larga lista de cosas urgentes, y no nos damos tiempo para lo que realmente importa, disfrutar de la vida sin mirar los obstáculos que podemos encontrar a lo largo de ella.

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