Una manzana por un cigarro.
¿Qué pasaría si intentaras este trueque?
El tabaco, enemigo de nuestro corazón
Fumar es un hábito nocivo que provoca muchísimas enfermedades respiratorias y cardiovasculares. El riesgo es proporcional a la cantidad de cigarros diarios que se fumen y a los años que se lleve fumando. La nicotina daña las paredes internas de las arterias, altera la coagulación y aumenta el colesterol. El monóxido de carbono disminuye el aporte de oxígeno y aumenta el riesgo de la formación de trombos y el colesterol. Este daño afecta no sólo a los fumadores activos, sino también a los pasivos.
Beneficios de la manzana
La manzana es considerada la fruta más completa de todas, debido a sus múltiples aportes y nutrientes en vitaminas y minerales. También actúa como una fruta adelgazante, diurética y su consumo diario ayuda a prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades. Además, mejora notablemente el estado de la piel y su hidratación en general, y actúa –mediante sus fibras- sobre el colesterol disminuyendo los niveles altos. Asimismo, ayuda a bajar la presión sanguínea manteniendo limpias las paredes de las arterias, y depura y desintoxica el organismo de factores nocivos para nuestro bienestar.
-La manzana es rica en fibras solubles; esto nos permite mantener un equilibrio natural de los niveles de azúcar en sangre, haciéndola sumamente segura para personas que sufren diabetes.
-Es también la fruta ideal para personas con problemas de corazón, ya que carece totalmente de colesterol, sodio y grasas saturadas.
-Ayuda a mantener los dientes limpios, y a tener la dentadura y las encías más sanas y firmes, por lo que su consumo se podría considerar como una prevención de las caries.
¿Que ganarías, si dejaras de fumar?
1. A los 20 minutos de haberlo dejado, la tensión y el ritmo cardíaco de tu cuerpo recuperarán su nivel normal.
2. A las 8 horas, sube la concentración de oxígeno y se reduce la de monóxido de carbono.
3. Entre dos semanas y tres meses, mejora la circulación y la función pulmonar crece hasta un 30%.
4. De uno a nueve meses, disminuyen la tos y la falta de aliento.
5. Al año, el riesgo de insuficiencia coronaria se reduce a la mitad.