Cuidá tu corazón con estos consejos

¿Sabías que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad, superando cualquier tipo de cáncer?  ¿Sabías que algunos de sus factores de riesgo son fácilmente prevenibles? 

Por lo general, no producen síntomas hasta que ya es tarde. La prevención es una asignatura pendiente de la salud pero vale la pena intentar.

Realiza ejercicio físico cada día
Se ha visto que la actividad física siempre es beneficiosa tanto en hombres como en mujeres y en todos los grupos de edad, siempre y cuando se practique regularmente, independientemente de cuándo se empiece. Nunca es tarde para obtener sus beneficios. El ejercicio más recomendable es del tipo aeróbico: correr, caminar con energía, nadar, o andar en bicicleta. Y los estudios demuestran que debe practicarse por lo menos tres veces por semana durante 30 minutos para fortalecer el corazón.

Tener una dieta sana y equilibrada
Los hábitos sanos para el corazón incluyen reducir el consumo de sal y de alcohol. Consumir principalmente frutas, verduras, cereales, carnes magras y pescados. Reducir el consumo de grasa (saturada) y colesterol (carnes rojas grasas, leche entera, quesos elaborados con leche entera, platos a base de crema y postres que contengan mucha grasa), y priorizar la grasa que procede del aceite de oliva, frutos secos y pescado azul, por sus beneficios sobre el sistema cardiovascular. El aporte de fibra (cereales integrales, legumbres, frutas) también es muy importante.

No fumes
El tabaco es uno de los principales factores que se pueden evitar y modificar para disminuir la aparición de enfermedades del corazón. Fumar ejerce un efecto nocivo sobre el sistema cardiovascular, favorece el riesgo de trombosis y provoca una reducción del calibre de las arterias coronarias dificultando el riego del corazón. Por tanto, es imprescindible, evitar el tabaco de forma activa así como el tabaquismo pasivo (ambientes de fumadores).

Poquito alcohol
El consumo de alcohol moderado (uno a dos vasos de vino tinto al día) se ha relacionado con una disminución de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, está demostrado que el abuso del alcohol es perjudicial para la salud.

Mantener el peso ideal
Diversos estudios han mostrado que la obesidad agrava los problemas cardíacos por el sobreesfuerzo al que se somete al corazón, predispone a sufrir hipertensión, cardiopatía coronaria, accidentes cerebrovasculares, favorece la aparición de diabetes tipo 2… además de otras enfermedades como las pulmonares y las osteoarticulares que también se ven afectadas por la sobrecarga a la que se ven sometidas.

Realizá actividades placenteras, trabajá el estrés
El estrés es otro factor que puede afectar al corazón. Es más probable sufrir un ataque cardíaco en momentos de estrés, porque el corazón se acelera y aumenta la presión arterial. Cuando esto sucede, el corazón necesita más oxígeno. Esto no quiere decir que el estrés cause enfermedades cardiovasculares, pero sí parece que puede agravarlas.
Es importante, por tanto, buscar momentos para realizar actividades relajantes y placenteras, como los paseos, el yoga, etc. y además conseguir ceñirse a calendarios laborales razonables que nos permitan disfrutar del tiempo libre y desconectar del estrés laboral diario.

Controlá la diabetes
En personas que padecen diabetes, el control estricto de sus cifras de glucosa (azúcar) en sangre evita lo que se conoce como las complicaciones de la diabetes en las que, básicamente, el nivel alto de glucosa mantenido provoca un deterioro de las arterias del organismo afectando principalmente a órganos como el corazón, el cerebro, los riñones y la visión. Con un buen control de la enfermedad (fármacos y dieta adecuada) se puede mejorar claramente la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con diabetes.


Controlá la presión arterial
Habitualmente no da ningún síntoma pero es importante detectarla y tratarla porque se relaciona con enfermedades cardiacas potencialmente graves como insuficiencia cardiaca y el infarto de miocardio.

Mantén controlado el colesterol
La prevención es algo tan sencillo como comer de forma saludable, controlar el peso y hacer ejercicio físico. En los casos que así se requiera, se dispone actualmente de una amplia variedad de fármacos que regulan los niveles de colesterol. Siempre consulta un médico.


Realizá chequeos periódicos
A partir de los 40 años es recomendable la realización de revisiones médicas de forma periódica. Esto es especialmente importante en personas con factores de riesgo como son antecedentes familiares de enfermedad cardiaca, hipertensión, colesterol, diabetes, obesidad y tabaquismo.






 

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