Click aquí
2480 1212
094 120 000
Contactanos
Recetas y nutrición
4 pasos para una alimentación más intuitiva
Comer de manera intuitiva es una excelente manera de incluir alimentos más sanos y evitar los atracones y las restricciones, además de facilitar la tarea de elegir lo que se va a ingerir día a día.
Paso 1: Reconocer si tienes hambre
Una de las primeras cosas que debes saber es reconocer si el hambre que sientes proviene de tu estómago o es simplemente un deseo mental. Para saberlo, presta atención a las señales que emite tu cuerpo, tales como un vacío, sensación de malestar e inclusive náuseas. Trata de comer siempre que comiences a sentir estas sensaciones para evitar ser voraz y devorar grandes cantidades de comida de una sola vez.
Ten en cuenta que es importante que evites ingerir alimentos cuando no tienes hambre, pues solo conseguirás aumentar de peso y tu organismo no sabrá reconocer si ya te has saciado o no.
Paso 2: Evitar las restricciones
Cuando evitas comer algunos alimentos por temor a engordar o a que te hagan daño, debes tener en cuenta que tarde o temprano tu cuerpo se rebelará contra ti. Siempre y cuando tú solo comas en el momento en el que tu organismo te lo pide, ningún tipo de comida (inclusive los alimentos procesados que están diseñados para crear antojos y deseo) te hará daño. La idea es no restringir el deseo de comer algo pensando que es dañino, e ingerirlo solo cuando tienes hambre.
Paso 3: Saborea la comida
Otra manera de lograr una alimentación mucho más intuitiva y sana es disfrutar del sabor de los alimentos. Si sueles comer a escape y nunca tienes tiempo de sentarte a almorzar, es conveniente que comiences a evitar esto. Verás que si te tomas un tiempo, saboreas cada alimento y disfrutas de la comida, los antojos responsables de tus atracones desaparecerán como por encanto. Esto tendrá dos consecuencias beneficiosas para ti: la primera es que tenderás a comer menos, y la segunda es que, con el tiempo, preferirás los alimentos más sanos e integrales.
Paso 4: No es necesario comer todo
Sí, como lo leíste, en la alimentación intuitiva no se hace necesario consumir absolutamente todo lo que tenemos en el plato. Más bien debemos escuchar a nuestro organismo y comer hasta sentirnos satisfechos, pero no llenos al extremo.
Fuente: IM
Una de las primeras cosas que debes saber es reconocer si el hambre que sientes proviene de tu estómago o es simplemente un deseo mental. Para saberlo, presta atención a las señales que emite tu cuerpo, tales como un vacío, sensación de malestar e inclusive náuseas. Trata de comer siempre que comiences a sentir estas sensaciones para evitar ser voraz y devorar grandes cantidades de comida de una sola vez.
Ten en cuenta que es importante que evites ingerir alimentos cuando no tienes hambre, pues solo conseguirás aumentar de peso y tu organismo no sabrá reconocer si ya te has saciado o no.
Paso 2: Evitar las restricciones
Cuando evitas comer algunos alimentos por temor a engordar o a que te hagan daño, debes tener en cuenta que tarde o temprano tu cuerpo se rebelará contra ti. Siempre y cuando tú solo comas en el momento en el que tu organismo te lo pide, ningún tipo de comida (inclusive los alimentos procesados que están diseñados para crear antojos y deseo) te hará daño. La idea es no restringir el deseo de comer algo pensando que es dañino, e ingerirlo solo cuando tienes hambre.
Paso 3: Saborea la comida
Otra manera de lograr una alimentación mucho más intuitiva y sana es disfrutar del sabor de los alimentos. Si sueles comer a escape y nunca tienes tiempo de sentarte a almorzar, es conveniente que comiences a evitar esto. Verás que si te tomas un tiempo, saboreas cada alimento y disfrutas de la comida, los antojos responsables de tus atracones desaparecerán como por encanto. Esto tendrá dos consecuencias beneficiosas para ti: la primera es que tenderás a comer menos, y la segunda es que, con el tiempo, preferirás los alimentos más sanos e integrales.
Paso 4: No es necesario comer todo
Sí, como lo leíste, en la alimentación intuitiva no se hace necesario consumir absolutamente todo lo que tenemos en el plato. Más bien debemos escuchar a nuestro organismo y comer hasta sentirnos satisfechos, pero no llenos al extremo.
Fuente: IM
