Monumentos emblemáticos de Montevideo: Edificio Casa Soler

Este monumental edificio, casa matriz de la conocida Tienda Soler, se inserta en una privilegiada ubicación, apostando posiblemente a un desarrollo edilicio y comercial de la zona que no se concretó, permaneciendo hoy como símbolo de las expectativas del Montevideo de la década de 1930.

Concebido en términos monumentales, respondía con su contundente volumetría y su llamativa torre a un doble propósito: por un lado, a una fuerte necesidad de comunicación –coherente con su propio carácter comercial – y, por otro, a la voluntad de brindar una imagen adecuada al ambiente urbano circundante, caracterizado por el en ese entonces recién inaugurado Palacio Legislativo y sus alrededores, pensados como remate de la avenida Agraciada.
Una clara disposición simétrica en relación a la esquina, acentuada por su torre, y el planteo de un tratamiento general que recurre a la clásica disposición de basamento, desarrollo y coronamiento son sus características compositivas más señalables. El alero cornisa sobre el basamento, y el último nivel, con una logia en voladizo rematada por una fuerte cornisa, indican claramente los distintos sectores de las fachadas.
La adopción de criterios académicos se manifiesta también en la utilización de un lenguaje globalmente ecléctico, lo que demuestra las características del período arquitectónico durante el que fue realizado, en el que se estaban concretando, al mismo tiempo, excelentes obras de innegable adscripción a lenguajes renovadores.




 


ESPLENDOR
La construcción del edificio data de una época de monumentales proyectos comerciales. En 1920, los Salvo, que tenían tienda en el Paso Molino y otros emprendimientos textiles en Colonia, levantaron el Palacio Salvo frente a la Plaza Independencia. Los Soler siguieron su huella con la inauguración de la imponente tienda en la Aguada, coronada por una de las elegantes cúpulas que en Montevideo siguen rindiendo testimonio de la arquitectura de aquellos años.
La reconocible bóveda, de unos 15 metros de alto, incluía un reloj, hoy inexistente. En ella estaban originalmente las habitaciones de los trabajadores de servicio del edificio, desarrolladas en un área de 52 metros cuadrados. Hace dos años se hicieron tareas de renovación y mantenimiento en esa cúpula.
La familia Soler era de origen catalán y supo competir en glamour con otras grandes tiendas de la primera mitad del siglo XX que se abrieron con el estilo inglés del Department Store, como la conocida casa Harrods de Londres que atendían a una clase media de buen poder adquisitivo.




 


COMO EN LONDRES O PARÍS
La Casa Soler respondía con su contundente volumetría y su llamativa torre a un doble propósito: por un lado, a una fuerte necesidad de comunicación —coherente con su propio carácter comercial— y, por otro, a la voluntad de brindar una imagen adecuada al ambiente urbano circundante, caracterizado por ese entonces por el recientemente inaugurado Palacio Legislativo y sus alrededores, pensados como remate de la avenida Agraciada. El Palacio Legislativo se construyó en el período 1908- 1925 y se inauguró para los 100 años de la Independencia del Estado.
Durante esos años florecieron en Montevideo las tiendas que imitaban a las de París y Londres, grandes centros de compras que fueron conocidos con la voz inglesa magazin, como sostiene el historiador Aníbal Barrios Pintos en el libro La Ciudad Nueva .
Entre estas tiendas destacaba Introzzi, en la avenida Rondeau y las calles Galicia y Paraguay, especializada en prendas y artículos apropiados a la vida rural, por lo que estaba emplazada en las proximidades de la estación del ferrocarril.
Son de esa era la casa Soler, la Tienda Inglesa, El Polvorín (cuyo nombre fue tomado luego por la galería céntrica), La Madrileña, La Ópera, Caubarrere, Angenscheidt y la que le puso el sello a la época: el London-París, ubicada en el edificio que aún hoy se conserva en 18 de Julio y Río Negro.




 

POSTAL
La Casa Soler fue un emblema comercial en su época y ocupó un edificio icónico de Montevideo, ubicado en una de las esquinas frente al Palacio Legislativo. Su enorme cúpula recuerda un pasado arquitectónico del que todavía quedan algunos vestigios en la ciudad.

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